domingo, 24 de junio de 2012

SISTEMA NEUROENDOCRINO

EL SISTEMA NEUROENDOCRINO
Para funcionar correctamente nuestro organismo necesita mantener condiciones constantes. Por ejemplo, aunque afuera haga frío o mucho calor, nuestra temperatura interna tiene que mantenerse cercana a los 37° C. El cuerpo necesita responder no solo a los estímulos del medio exterior (como las condiciones de luz o temperatura), sino también a los del medio interno (como las señales de cansancio o dolor).
Mantener el medio interno constante y, al mismo tiempo, poder responder a los estímulos del exterior es una tarea muy compleja. El sistema neuroendocrino se ocupa de coordinar todas las partes de nuestro organismo para recibir las múltiples señales que nos llegan continuamente, procesarlas y responder a ellas. A este sistema se lo llama neuroendocrino porque está formado por el sistema nervioso y el endocrino, que trabajan en conjunto.
Aunque están íntimamente relacionados, dichos sistemas funcionan de manera diferente. Mientras el sistema nervioso responde a los estímulos mediante señales eléctricas que viajan a través de las neuronas, el sistema endocrino envía señales químicas, llamadas hormonas, que viajan por la sangre.
En general, el sistema nervioso está asociado con las respuestas más rápidas del organismo, como los reflejos o los movimientos de los músculos, mientras que el sistema endocrino se relaciona con respuetas más lentas, como el crecimiento o la reproducción.

EL SISTEMA NERVIOSO

El sistema nervioso recibe los estímulos del exterior y el interior del organismo, a los cuales transforma en señales eléctricas llamadas impulsos nerviosos, que viajan a través de neuronas. Esos impulsos llegan al cerebro, donde son procesados e interpretados, y luego el cerebro envía una respuesta que llega a los diferentes órganos.
El sistema nervioso está formado por neuronas, las células que tienen un cuerpo celular y prolongaciones ramificadas, llamadas dendritas y axones, mediante las cuales se comunican con otras células. Las dendritas reciben mensajes y los llevan al cuerpo celular. Los axones, por su parte, llevan los mensajes de la neurona hacia las otras células.


Por la ubicación de los órganos que forman el sistema nervioso, se lo divide en dos partes:
  • SISTEMA NERVIOSO CENTRAL: Es el encargado de recibir, procesar e interpretar las señales que llegan de todo el organismo, y de elaborar una respuesta. Eso permite que todo el organismo actúe de manera coordinada. Está formada por el encéfalo (integrado por el cerebro, el cerebelo y el bulbo raquídeo) y la médula espinal.
  • SISTEMA NERVIOSO PERIFÉRICO: Está formado por los nervios, que llegan a todos los órganos del cuerpo y se conectan con el sistema nervioso central. Los nervios están formados por grupos de axones de muchas neuronas, unidos como si fueran un cable. Hay dos tipos de nervios: los sensitivos, que llevan la información desde todas partes del organismo hasta el sistema nervioso central, y los motores, que llevan las señales desde el sistema nervioso central hasta los músculos. Algunos de estos nervios controlan las respuestas voluntarias, como caminar o sonreír, y otros controlan las involuntarias, como la digestión o los latidos del corazón.



EL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

Los diferentes órganos que componen el sistema nervioso central cumplen funciones específicas.

  • El cerebro. Es el órgano más importantes del sistema nervioso. Se divide en dos grandes partes o hemisferios: el izquierdo y el derecho. Está formado por aproximadamente 100 000 millones de neuronas comunicadas entre sí que forman intrincadas redes, lo que permite procesar grandes cantidades de información. En el cerebro se interpretan los estímulos que vienen de los órganos de los sentidos, se almacenan las memorias y se controla el funcionamiento de los músculos voluntarios. La capacidad de razonar, de sentir emociones y de comunicarse con otros son funciones complejas que dependen del cerebro. Este órgano se halla protegido por los huesos del cráneo y por membranas que lo rodean, llamadas meninges.
  • El cerebelo. Se ubica detrás del cerebro y coordina el equilibrio, la posición del cuerpo, los movimientos voluntarios y el tono muscular. Es el encargado de regular los movimientos pequeños que permiten realizar acciones muy precisas, como enhebrar una aguja.
  • El bulbo raquídeo.En él se encuentran los centros que regulan la acción de los músculos involuntarios del corazón y los pulmones, los cuales controlan, por ejemplo, la frecuencia respiratoria y los latidos del corazón.
  • La médula espinal. Es una extensión del bulbo raquídeo que se ubica a lo largo de toda la columna vertebral, que la protege. Es la encargada de llevar los impulsos desde las diferentes partes del cuerpo hacia el cerebro, así como conducir las órdenes del cerebro hacia los órganos. Además debe conducir las señales desde  y hacia el cerebro, la médula elabora algunas respuestas sin intervención del cerebro, que se denomina reflejos.
LA RECEPCIÓN DE LOS ESTÍMULOS

Nuestro cuerpo recibe continuamente información acerca de lo que ocurre en él y en el mundo que nos rodea. Para recibir esa información, cuenta con una serie de unidades especializadas, que reciben el nombre de receptores.
Los receptores que captan estímulos del ambiente exterior se denominan receptores externos. Estos se relacionan con los órganos de los sentidos principales: el tacto, el olfato, el gusto, el oído y la vista. También hay receptores que captan las señales provenientes del interior de cuerpo, como el movimiento de los músculos. Estos receptores, que están distribuidos a lo largo del organismo, se lo llaman receptores internos.
Hay distintos tipos de receptores internos:

  • QUIMIORECEPTORES: responden a los estímulos químicos, como los olores y los sabores, se hallan en la nariz y en la lengua respectivamente.
  • MECANORECEPTORES: responden a la presión, la fuerza de gravedad y las vibraciones, se encuentran en la piel y en el oído.
  • FOTORECEPTORES: reaccionan ante la luz, están ubicados en los ojos.
  • TERMORECEPTORES: responden a la variación de la temperatura, se encuentran en la piel y en los órganos.
  • NOSCIRECEPTORES: detectan el dolor, se encuentran en la piel y en los órganos.

LOS SENTIDOS

TACTO
El sentido del tacto es el más extendido del cuerpo humano. A través de él, podemos percibir los cambios de temperatura y presión, detectar vibraciones y reconocer la textura de las distintas superficies.

El órgano principal del tacto es la piel. Está formada por dos capas, en las cuales se encuentran diversas clases de receptores. La capa más externa, más fina, se llama epidermis; la capa interna, más gruesa y ubicada por debajo de la epidermis, se denomina dermis.





EL GUSTO Y EL OLFATO

Los sentidos del gusto y del olfato actúan de forma similar. Sus receptores se especializan en captar señales químicas. Mientras los receptores del gusto perciben los sabores de las sustancias, los del olfato captan los olores que se desprenden de ellas.






En la lengua, las células receptoras se distribuyen formando pequeños abultamientos, conocidos como papilas gustativas. Estas papilas permiten diferenciar los sabores, al ponerse en contacto con los alimentos disueltos en la saliva.




En la nariz, los receptores del olfato integran un tejido denominado epitelio olfativo. El epitelio olfativo ocupa la parte superior de las fosas nasales y se conecta con el nervio olfativo, que transmite al cerebro las sensaciones referidas a los distintos olores.







EL OÍDO

Es el sentido que nos permite la percepción de las ondas sonoras. Además, participa en los mecanismos que mantienen el equilibrio del cuerpo. En el oído se distinguen tres regiones:
OÍDO EXTERNO: formado por la oreja y el conducto auditivo.
OÍDO MEDIO: comprende una delgada membrana, llamada tímpano, y tres pequeños huesos: el martillo, el yunque y el estribo.
OÍDO INTERNO: está integrado por una estructura en espiral conocida como cóclea, que se encuentra llena de líquidos, y varios canales semicirculares que contribuyen al equilibrio.
Las distintas partes del oído intervienen en la captación de las ondas sonoras. Ingresan por el conducto auditivo y hacen vibrar al tímpano. Las vibraciones producen el movimiento de los huesos del oído medio, que las amplifican. De allí, las vibraciones pasan a la cóclea, en el oído interno, donde se encuentran las células que captan y las transforman en impulsos nerviosos. Estos impulsos son enviados al cerebro, a través del nervio auditivo, que es el encargado de interpretarlos como sonidos.

LA VISTA

Es el sentido más desarrollado en el ser humano. Los ojos, responsables de la vista, son los órganos sensoriales más complejos que poseemos. Cada ojo está compuesto por tres capas...
La esclerótica es la capa más externa. Su función es proteger al resto del ojo; por eso, es resistente y opaca. La parte parte delantera de la esclerótica es transparente y se denomina córnea.
La coroides es la intermedia del ojo. La zona frontal está ocupada por el iris, que es la parte coloreada del ojo. En el centro del iris se halla la pupila. Por detrás se ubica el cristalino, una lente transparente muy flexible.
La retina es la capa más interna del ojo, y está compuesta principalmente por células nerviosas.


Para que tenga lugar la visión, en primer lugar, la luz debe ingresar en la pupila, la cual se dilata cuando la cantidad de luz es reducida y se contrae cuando recibe mucha luz. La córnea y el cristalino enfocan la imagen, para que sea nítida. La retina recibe la imagen en forma invertida y transforma en impulsos nerviosos. Estos impulsos son conducidos por los nervios hasta el cerebro, en donde la imagen se invierte nuevamente y finalmente es percibida.



EL SISTEMA ENDOCRINO

Junto al sistema nervioso, el sistema endocrino regula la coordinación de las diferentes partes del organismo y la respuesta a los estímulos del medio. Este sistema envía mensaje químicos, llamados hormonas, que viajan a través de la sangre.
Las hormonas son producidas por órganos llamadas glándulas endocrinas, que se hallan localizadas en diferentes partes del cuerpo, y llegan otros tejidos del organismo llevando su mensaje y desencadenando una respuesta.
Algunas hormonas, como la del crecimiento, liberada por la glándula tiroides, afectan a casi todas las células del organismo. Otras, como los estrógenos liberados por el ovario, son más específicas y actúan solamente en ciertos tejidos, como el útero o las mamas.
Las hormonas sexuales, como la testosterona (fabricada por los testículos) y los estrógenos (fabricados por los ovarios), son las responsables de los cambios que nuestros cuerpos experimentan durante la pubertad y la adolescencia.


Los sistema nervioso y endocrino están íntimamente relacionados y actúan en conjunto regulando los procesos que ocurren en el organismo. Las glándulas envían hormonas a los diferentes tejidos. Estos generan respuestas percibidas por los receptores sensoriales internos, que, a su vez, envían señales al cerebro. El cerebro procesa la información y envía luego señales a otras partes del cuerpo, entre ellas, las glándulas. De este modo, el equilibrio corporal está constantemente controlado por ambos sistemas.






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